29 de abril de 2010

Humor político II

En el post anterior hablaba de la web El Chigüire Bipolar, de la ironía y la mala leche que tienen a la hora de enfocar asuntos relacionados, principalmente, con la actualidad política. Llegué hasta esa página porque son ellos los creadores de la serie animada Isla Presidencial, una serie que con apenas dos episodios ya ha dado mucho que hablar.

Se trata de una especie de Lost en versión animada e iberoamericana, en la que el gran protagonista es el presidente venezolano Hugo Chávez, perfectamente secundado por otros mandatarios de Iberoamérica e inclusive por el Rey Juan Carlos, que en un momento imita a Leonardo Di Caprio y su recordado “¡Soy el Rey del mundo!” en Titanic.

La animación recuerda un poco a South Park y otro tanto a las de Aardman (Wallace & Gromit). Las voces y los acentos, de las que se ha encargado la misma persona, son excelentes, especialmente en el caso de Hugo Chávez. Todo lo que sucede, más las frases y las ocurrencias de los protagonistas, aunque disparatado, no llega a ser del todo inverosímil en algunos momentos, teniendo en cuenta los habituales exabruptos a los que el líder bolivariano nos tiene acostumbrados.

La historia
Luego de una cumbre de mandatarios, los líderes iberoamericanos Cristina Fernández de Kirchner (Argentina), Álvaro Uribe (Colombia), Evo Morales (Bolivia), Michelle Bachelet (Chile), Lula Da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), Felipe Calderón (México), Daniel Ortega (Nicaragua) y José Luis Rodríguez Zapatero (España), junto a Chávez y al Rey Juan Carlos, comparten viaje en un exclusivo crucero donde la gran juerga está a la orden del día y el tequila corre de manera desenfrenada.

El barco termina chocando contra una enorme roca (estamos en el Caribe, por tanto no hay icebergs como en Titanic), luego se hunde y los célebres mandatarios quedan abandonados en una isla en la que empezarán a ocurrir cosas extrañas y donde las teorías conspirativas no tardarán en aparecer, con el mismísimo Barack Obama acechando desde lo alto de una palmera.

Para muestra del humor de esta serie muy lograda, basta con las confidencias que un Chávez al borde de la desesperación pero con su particular entonación y vehemencia, les hace al resto de los mandatarios: “Les voy a confesar algo pero no lo repitan, porque lo niego. ¡Me hace falta Bush, chico!… el negrito (por Obama) está bien, se ve buena gente, pero… ¡pero con Mr. Danger (por Bush) había más pasión, más drama, chico…!”. O con esta otra: “…Fidel…Fidel prefiere las PC. ¡Yo en cambio soy demasiado Mac! Él dice que es porque puede conseguirlo en un chino baratico, jajaja…”.

Debajo, los dos episodios emitidos hasta la fecha. Valen la pena:





27 de abril de 2010

Humor político I

El Chigüire Bipolar (http://www.elchiguirebipolar.com/) es una web venezolana dedicada por entero a la sátira política y social. Organizada como un diario digital, la web incluye secciones típicas como Nacionales, Internacionales, Gente o Entretenimiento. Y en cada una de ellas se puede acceder a informaciones claramente falsas pero que tienen relación directa con acontecimientos reales, mayormente relacionados con la realidad venezolana pero también con lo que ocurre en el resto del mundo.

Aunque estéticamente no está muy conseguida (los fotomontajes son muy ingeniosos pero la más de las veces no están muy bien hechos, y la tipografía tampoco es la mejor) los contenidos son buenos y destilan altas dósis de ironía, mala leche y mucha ocurrencia.

Esto se aprecia muy bien en artículos como el que lleva el título "Cuba da un salto al futuro y llega a 1987", en el que se cuenta cosas como éstas:

Desde que Raúl Castro permitió la comercialización de teléfonos celulares y otros artefactos eléctricos en la isla, la mayoría de los cubanos aseguran que han viajado al futuro. “Siento como si fuese 1987”, exclamó Sofía Acosta después de pagar lo equivalente a cinco meses de sueldo por un teléfono móvil de casi dos kilos de peso. “Es increíble como mi voz puede viajar por el aire, siento como si el milenio estuviese a la vuelta de la esquina”, concluyó la feliz usuaria.

El gobierno cubano aseguró que para el próximo año planean lanzar el betamax, el disco compacto y las florecitas de plástico que bailan al ritmo de la música. “A este paso, en veinte años cada persona podría tener una computadora que se conecta a través de redes con otros usuarios. Eso ya no es ciencia ficción mis camaradas”, aseguró Fernando González Bermúdez, ministro de ciencia y tecnología de la isla.

O bien en esa pieza de "periodismo de investigación" en el que desvelan que Hugo Chávez, intentando aceitar la siempre chirriante relación de su país con Estados Unidos, le envió a Barack Obama un cassette con un compilado de canciones titulado "Varios para mi Obi". Entre las canciones seleccionadas, destacan Black or white, de Michael Jackson; Gavilán o Paloma, de José José; y Why can't we be friends?, en versión de Smash Mouth.

Debajo, el documento gráfico que "prueba" el envío que, como dicen en el artículo, "fue acompañado de una carta escrita en un papel de Hello Kitty".




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19 de abril de 2010

El ataque de los Pixels

Lleva pocas semanas colgado en la red pero este corto animado ya está causando auténtico furor. Y no es para menos. En la línea del cine catástrofe, en Pixels Patrick Jean muestra la invasión de una ciudad (en este caso, New York), solo que esta vez no se trata de la visita de Godzilla ni de este tipo de monstruos. La Gran Manzana se ve invadida por los videojuegos de los años 80: Pacman, Space Invaders, Arkanoid, Donkey Kong y, lo mejor, las piezas del Tetris que se acoplan y hacen desparecer rascacielos.

Un derroche de imaginación con un gran resultado. Pixels parece la versión (quien sabe si no es la respuesta a ello) lúdica y nostalgiosa de Panic Attack!, el corto de animación uruguayo que ha sido todo un éxito en la red y que ha catapultado a su joven director, Federico Álvarez, a Hollywood, donde dirigirá una película de alto presupuesto apadrinado nada menos que por Sam Raimi, director de la saga de Spiderman.

Debajo, y de yapa, Theo, otro video de Patrick Jean. Corto y entretenido.





THEO from patrick jean on Vimeo.

13 de abril de 2010

Arquitectura milagrosa


Efecto Guggenheim. El museo diseñado por Frank Gehry se convirtió
en emblema de la transformación experimentada por Bilbao y en el modelo a seguir.


Despilfarro. El faraónico complejo de la Ciudad de las Ciencias y las
Artes de Valencia, costeado con dinero público, lleva consumidos más
de mil millones de euros. Su presupuesto original no llegaba a los doscientos.



Por su propia naturaleza, la arquitectura es una disciplina de notable capacidad transformadora y hacedora. Una intervención apropiada sobre la trama urbana o la construcción de un edificio específico pueden provocar grandes cambios en una ciudad. Y esos cambios, cuando se combinan correctamente con otros factores, pueden incluso considerarse como “milagrosos”. Por poner un ejemplo recurrente, ahí está el caso de la transformación positiva experimentada por Bilbao a partir de la construcción del Museo Guggenheim, inaugurado en 1997.

A mediadios de la década de 1980 la capital vizcaína era una ciudad industrial venida a menos por el cierre y abandono de fábricas; una urbe gris, descuidada, con un alto nivel de desempleo, escasa proyección internacional y muy bajo valor turístico incluso en el entorno nacional. Pero con la puesta de largo del mencionado edificio, todo un icono ya de la arquitectura contemporánea, Bilbao inició lo que sería una profunda transformación que la terminaría catapultando al panorama internacional. En poco tiempo pasó a ser una ciudad de gran atractivo turístico. Su nombre comenzó a mezclarse con el de las grandes capitales europeas y la metamorfosis experimentada pasó a ser el modelo a emular.

El por entonces sorprendente y un punto extravagante edificio diseñado por Frank Gehry fue la imagen principal y, sin dudas, también la causa que más peso tuvo en esa transformación. Pero no fue lo único. El Guggenheim no fue un hecho aislado. Muy por el contrario, fue parte de un complejo y clarividente plan de reconversión industrial y urbana emprendido por el gobierno bilbaíno en directa colaboración con otros actores sociales y económicos. Pero como vivimos en una época en la que tendemos a simplificarlo todo y las imágenes y los eslóganes tienen más contundencia que las ideas, se extendió la sensación de que bastaba con construir un edificio llamativo para transformar toda una ciudad y dotarla de prestigio internacional.

A partir de allí la creencia en la capacidad de hacer milagros de la arquitectura se disparó al tiempo que se consolidó la selecta categoría de arquitectos estrella, un grupo integrado por unos pocos arquitectos que empezaron a recibir encargos para la construcción de proyectos multimillonarios a lo largo y ancho del mundo. Este star system incluye nombres que en la actualidad son bien conocidos incluso por gente ajena a la arquitectura. Norman Foster, Santiago Calatrava, el ya mencionado Frank Gehry, Renzo Piano, Rem Koolhaas, Jean Nouvel, David Chipperfield, Richard Rogers, Herzog & de Meuron y Zaha Hadid, entre otros, componen este exclusivo grupo de arquitectos “globales”.

El crítico de arquitectura del periódico La Vanguardia de Barcelona, Llàtzer Moix, acaba de publicar el libro “Arquitectura milagrosa. Hazañas de los arquitectos estrella en la España del Guggenheim” (Editorial Anagrama) en el cual aborda este fenómeno que, en sus palabras, se desarrolló en la geografía española de manera más intensiva que en otras partes. Moix inicia su libro de manera contundente: “A caballo entre el siglo XX y el XXI, España creyó en los milagros. Concretamente, en los milagros que podían obrar los arquitectos estrella”.

Se refiere principalmente a los representantes de gobiernos autonómicos y de ayuntamientos -aunque también las instancias privadas cayeron en el embrujo- que parecieron convencidos “de que los edificios estelares poseían poderes extraordinarios, si no sobrenaturales. Es decir, que garantizaban visibilidad global, atraían a multitudes turísticas y estimulaban la economía global”. Y añade que, en este contexto, “la arquitectura pasó a ser considerada mano de santo”.

EL ICONO ANTE TODO

La arquitectura icónica puede efectivamente contribuir a proyectar la imagen de un lugar. Pero con frecuencia no es suficiente para conseguir los resultados esperados ni tampoco justifica los gastos que acarrea, lo cual es especialmente delicado cuando se trata de dinero público.

Moix
recuerda que en España se han desarrollado proyectos “sin realizar previamente estudios detallados sobre las necesidades de la población”, caracterizados por “cierta megalomanía” y por presupuestos muy elevados “de difícil ejecución e insostenible mantenimiento”.

En las páginas de su libro Moix cita a reconocidos críticos que opinan sobre esta tendencia. Así, recuerda las palabras de William Curtis para quien estos excesos arquitectónicos significan “el sometimiento de una disciplina humanística a los abusos del marketing y la moda”; las del urbanista Peter Hall, quien considera que “sería más inteligente apostar por las infraestructuras de transporte que por la arquitectura icónica” o las de Deyan Sudjic, director del Design Museum de Londres, quien espera que el boom de la arquitectura “icónica e irracional” de los últimos años “de paso a una época más reflexiva”.

Si bien se empeña en encontrarle las costuras al modelo de la arquitectura milagrosa, especialmente las que tienen que ver con el derroche de dinero público (el caso de la Ciudad de las Ciencias y las Artes de Valencia ilustra esta preocupación: presupuestado inicialmente en 175 millones de euros , lleva consumidos ya más de 1.100 millones), Moix no se opone por definición a este tipo de iniciativas, aunque expresa razonables reparos, como bien indica en el epílogo del libro: “Por supuesto, no se trata de exigir vueltas al orden académico ni de desterrar la expresión ni de vetar la experimentación o la innovación. Ni mucho menos de reprimir la genialidad que eventualmente puede aparecer y conmovernos. Pero sí se trata de poner coto al derroche. (…) Urge, en definitiva, devolver sensatez a la arquitectura, en especial a la que se levanta con inversión pública. Y, de paso, olvidarse por un tiempo de los milagros”.

En definitiva, “Arquitectura milagrosa. Hazañas de los arquitectos estrella en la España del Guggenheim” es un libro muy recomendable. Cargado de información detallada y de análisis, escrito con un lenguaje ameno en el que destacan las opiniones de los especialistas pero en el que el autor deja ver también sus puntos de vista - aunque sin caer en absoluto en el trazo grueso ni en el tono aleccionador -, se trata de un trabajo instructivo y a la vez entretenido que nos ayuda a comprender mejor un fenómeno que se ha extendido por todo el mundo transformando la imagen de ciudades y hasta de países enteros (Dubai y Abu Dhabi como claras referencias).

Más información:
El auge de la arquitectura milagrosa. Entrevista a Llàtzer Moix (Revista Miralls).
"Lo que cambia un lugar es la gente". Entrevista a Peter Hall (Diario El País).
"Los arquitectos son los políticos más listos". Entrevista a Deyan Sudjic (Diario El País).

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8 de abril de 2010

Messi es un escándalo


Por el suelo. Messi ya sacó el latigazo para anotar el 1-1 parcial contra el Arsenal. El argentino tumbó al equipo inglés con una actuación soberbia.
(Foto: Àlex García, La Vanguardia)

Gracias totales. Wenger y Pep, dos "de los nuestros", se saludan antes del inicio del encuentro. El fútbol que practican Arsenal y Barça es más efectivo que el Prozac y cualquier otro antidepresivo. ¡Más Arsène y más Guardiola y menos pastillas!
(Foto: Àlex García, La Vanguardia)

“¡Es-cán-da-lo! ¡Es un escándalo!”
. Luego de la exuberante muestra de fútbol y contundencia de Lionel Messi contra el Arsenal, el célebre hit del ultracamp y kitsch Raphael suena como la banda sonora más apropiada para definir el juego del crack argentino. Hacer una crónica pormenorizada de la actuación de Messi a estas alturas se antoja innecesaria. Los diarios y los informativos de televisión ya se ocuparon el día post-partido de dar cuenta de la soberbia actuación del rosarino. (Click aquí para ver la repercusión en la prensa internacional)

La brillantez de Messi no solo alegra a los fanáticos del Barcelona y a los amantes del buen fútbol de todo el mundo, sino que deja en evidencia a los ineptos que, sobre todo en Argentina, insisten en negar la mayor: desde Maradona no había surgido un jugador de la talla de Messi. Ni Romario, ni Zidane, ni Baggio, ni Ronaldinho y por supuesto, ni Riquelme, pueden discutirle a Messi.

Aunque recién tiene 22 años, Messi lleva ya varios años deslumbrando al más alto nivel y ganado los más importantes títulos a nivel colectivo e individual. Algunos han querido rebajar el encumbramiento de Messi como uno de los más grandes de la historia diciendo que no ha ganado todavía un mundial. Cierto. Tan cierto como que Cruyff y Di Stéfano tampoco han sido campeones del mundo y sin embargo nadie los discute. Tampoco Maradona ganó jamás una Liga de Campeones y Messi ya lleva dos (y puede que este año sume la tercera). Y nadie en su sano juicio pondría a Maradona en cuestión por no haber alzado la Orejona ni una sola vez.

Volviendo a lo que fue el partido con el Arsenal, uno tuvo la sensación de haber estado asistiendo a un momento histórico. En realidad, cada vez que uno ve jugar al Barça de Guardiola es plenamente consciente de que nunca ha visto un equipo a semejante nivel y que difícilmente vaya a repetirse algo similar en el corto plazo. De ahí la razón por la cual perderse algún encuentro de la escuadra catalana, sobre todo si es de Champions League, suene a herejía.

“¡Mamma, ho visto Maradona!”, cantaban (y aún cantan) con indisimulable orgullo los hinchas del Nápoli. Ahora es tan fácil como modificar esa frase cambiando Maradona por Messi para sentir y significar casi lo mismo.

Contra el Arsenal Messi fue Messi. Pero fue también Maradona, Romario y el Beto Alonso. En la jugada del último gol, cuando hace una pequeña pausa con el pie dejado atrás y el cuerpo inclinado hacia adelante, para recibir la pelota, dejar pasar al defensor y salir disparado hacia afuera con el perfil idóneo para el remate, ahí, Messi recordó al Diego. Esa pausa fue absolutamente maradoniana.

En el tercer gol definió como Romario. La manera de empalar la pelota para hacerle el sombrerito a Manolo Almunia recordó a las definiciones de O baixinho. Y se vistió del Beto Alonso en un pase que Pedro no pudo convertir en gol. Mientras los del Arsenal reclamaban al árbitro por una falta que había señalado en favor del Barça en tres cuartos de cancha, Messi, haciéndose el distraído pero listo como él solo, aprovechó para habilitar con un toque rápido a Pedro cuyo intento de vaselina salió desviado. Lo de Messi fue calcado al pase que el gran Beto Alonso le dio a Antonio Alzamendi en diciembre de 1986 en la final de la Copa Intercontinental disputada en Tokio entre River y Steaua de Bucarest. Para suerte de los riverplatenses Alzamendi (¡grande uruguayo!) consiguió, con suspenso, transformar en gol el pase del Beto y la copa viajó para Buenos Aires.

Semifinales

Ahora espera el Inter en semifinales. En los partidos de primera ronda el Barça fue superior a los italianos, sobre todo en el encuentro de vuelta jugado en el Camp Nou (Aquí la crónica). Pero el Inter de ahora no es el de entonces. Y una cosa es jugar en el grupo de clasificación y otra muy distinta es hacerlo en semifinales. A buen seguro que Mourinho ya está adiestrando a sus perros de caza para parar a Messi. Pero por suerte el Barça no es sólo Messi. Y Guardiola es mucho Guardiola.

Si el duelo contra el Arsenal fue para verlo con el traje puesto, el enfrentamiento con el Inter será para verlo con la armadura.

Más información:
El '10' juega donde quiere. Interesante artículo de Jordi Quixano publicado en El País en el que se repasa la evolución del juego de Messi, su reciente reconversión en enganche y otras iniciativas de Guardiola para sacar el máximo provecho de la Pulga. Haría bien Maradona en imitar a Pep.

El diamante precoz. Artículo publicado en La Vanguardia de Barcelona el 18 de octubre de 2004 a propósito del debut de Messi en primera. Incluye una columna de Andrés Iniesta en la que le auguraba un gran futuro a la Pulga.


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1 de abril de 2010

Arsenal-Barça o el fútbol como una de las bellas artes


Lujo. Cesc persigue a Messi, quien no tuvo una actuación destacada. El césped del Emirates fue la alfombra sobre la que gunners y culés brindaron una exhibición fubolística.


No defraudaron. Claro que no. ¿Cómo podrían hacer una cosa así? El encuentro de ida de los cuartos de final de la Champions League entre Arsenal y Barcelona fue un auténtico placer. Ver el enfrentamiento entre gunners y culés fue como degustar una de esas exquisiteces que pocas veces uno puede probar, pero que cuando lo hace ya nunca más olvida ese recuerdo, ese sabor. En realidad, lo de anoche fue incluso más que eso. Sobre todo los primeros 19 minutos, en los que el Barcelona emuló sobre el impecable césped del Emirates Stadium al ballet del Bolshoi con la diferencia de que sus hombres llevaban botas de fútbol en lugar de zapatillas de danza. En plena semana santa jugaron como los dioses.

De no haber sido por la soberbia actuación del arquero del Arsenal Manuel Almunia, el Barça pudo haber logrado una goleada de escándalo. Lo del equipo español tiene todavía más mérito si se consideran la instancia de la competición, la envergadura del rival y el escenario en el que se jugó. En campo ajeno el Barça jugó como en casa. E incluso mejor. Durante buena parte del partido el balón modelo Finale de Adidas con el que se disputó el encuentro fue propiedad exclusiva de los azulgrana, ayer de camiseta amarillo chillón. El cuero fue un objeto llamativo, extraño y casi inasible para los jugadores del Arsenal, que se desfondaban corriendo inútilmente detrás de él.

El Barça consiguió esto ante un equipo como el inglés que concibe el fútbol justamente a partir del control de la pelota. Acostumbrados a que sean los rivales quienes vean el esférico pasar de un lado a otro sin poder hacer casi nada, ayer los dirigidos por Arsène Wenger recibieron una clase magistral de futbol de toque, pases milimétricos y desmarques prodigiosos.

Durante buena parte del encuentro el Barcelona dispuso de una posesión de la pelota de más del 70 por ciento. Y para nada fue un dominio intrascendente o cosmético. Los chicos de Guardiola jugaron casi todo el tiempo en campo rival, ensanchando y alargando el campo a placer, trazando pases cortos, largos y combinaciones de toda clase, con velocidad, precisión y, sobre todo, mala intención. Llegaban una y otra vez a posición de gol pero la pelota no quería entrar. O mejor dicho, el que no quería que entrara era el portero Almunia, que por momentos pareció tener más de dos brazos.

Pese a encajar dos goles en la segunda parte y de estar al borde del nocaut definitivo, el Arsenal resistió y supo dar buenas muestras de su juego, que en esencia es el mismo que el del Barcelona. Cuando atacaba el Arsenal, parecía que el que lo hacía era el Barça pero con otra camiseta.

Aunque fue duda hasta último momento y estaba muy mermado físicamente, los gunners se encomendaron pese a todo a su líder, Cesc Fábregas. El catalán, formado en la Masía, tomó el timón de su equipo para alejarlo del precipicio al que lo había arrastrado el Barcelona y al que parecía a punto de precipitarse.

Con un casi desparecido Nasri y con Arshavin reemplazado a la media hora de juego, Cesc encontró a sus mejores socios en Edmilson y, sobre todo, en Theo Walcott, que ayer volvió a mostrar su mejor cara, esa que lo convirtió en una de las máximas esperanzas del fútbol inglés. El ingreso en la segunda mitad del veloz delantero fue providencial para el equipo dirigido por Wenger. Hizo un auténtico estropicio por la banda izquierda de la defensa visitante, por donde se coló para anotar el 1-2 y por donde llegaron las mejores aproximaciones del Arsenal al arco muy bien defendido, una vez más, por Víctor Valdés.

El Barcelona pudo haber goleado, terminó empatando y hasta pudo haber perdido. Estos cambios repentinos de situación, que tan perjudiciales son en otros ámbitos como la economía, son los que hacen al fútbol el deporte tan maravilloso que es.

¡Y todavía queda la revancha la semana que viene en el Camp Nou! A Wenger y a Pep habría que declararlos patrimonio de la Humanidad y mostrarles gratitud eterna. La mía la tienen hace rato.

pd: para mí, uno de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando Wenger y Guardiola se saludaron antes del inicio del partido. El saludo fue afectuoso y Pep aprovechó para susurrarle algo al oído al alsaciano. Seguramente habrán sido palabras de admiración y agradecimiento. Llevo un buen rato recorriendo diarios y google imágenes, pero no encuentro la foto del momento del saludo. En un mundo ideal, esa foto habría sido la tapa de todos los diarios.
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