1) Figuras. Carles Puyol y Kaká fueron lo más destacado de
sus respectivos equipos.
2) ¡Que te calles! Iniesta no se anduvo con vueltas y mandó a
callar a Cristiano Ronaldo, que se quejó todo el tiempo que estuvo en el campo.
sus respectivos equipos.
2) ¡Que te calles! Iniesta no se anduvo con vueltas y mandó a
callar a Cristiano Ronaldo, que se quejó todo el tiempo que estuvo en el campo.
Aunque en el momento en que me dispongo a escribir estas líneas aún no se han cumplido 24 horas del partido jugado entre Barcelona y el Real Madrid, calculo que a estas alturas cualquier persona medianamente decente estará no solo enterada del resultado final sino lo bastante informada de los detalles del encuentro.
Aunque no será uno de los partidos más recordados (ninguno de los dos equipos brilló, apenas hubo situaciones claras por bando y goles no se gritaron más que uno, el de Ibrahimovic que le dio la victoria a los azulgrana), sí hay que señalar que fue un choque vibrante entre dos rivales de muchos kilates. En teoría, esto es lo menos que se puede esperar cuando se enfrentan dos plantillas con tantos recursos y súper estrellas. Pero la historia de los grandes derbys, además de enfrentamientos épicos y de recuerdo imborrable, también está plagada de fiascos. Anoche, afortunadamente, esto último no sucedió.
Si bien se presumía que el Real Madrid se mostraría mucho más sólido que en las últimas presentaciones, la imagen que dejaron ayer los dirigidos por Pellegrini, sobre todo en el primer tiempo, fue incluso mejor de la que se esperaba.
Cuando más se echaba en falta ese Madrid imponente e intimidante prometido por la chequera de Florentino Pérez y que en lo que llevaba de temporada apenas si se había insinuado un par de veces ante rivales menores, el conjunto merengue decidió hacer acto de presencia justo en el lugar más señalado: el campo de su eterno rival, actual monarca en ejercicio del fútbol mundial.
En una disputada primera parte, los madridistas controlaron el partido y dejaron la mejor imagen. Y si no se fueron con ventaja en el marcador, fue por el acierto de Víctor Valdés ante Cristiano Ronaldo, quien dispuso de una inmejorable situación luego de una magnífica asistencia de Kaká. Y por la soberbia actuación de Carles Puyol, que salvó in extremis dos goles cantados arrojándose como un poseso, primero a los pies de Marcelo y luego a los de Higuaín, para tapar sendos remates y cuando el gol parecía algo inevitable. No por nada fue el más elogiado por su técnico y compañeros al terminar el encuentro.
Del lado del Madrid lo mejor coincidió, y no por casualidad, con el mejor partido de Kaká desde que llegó a la Casa Blanca. Aunque está aún lejos de la brillantez y la regularidad que exhibiera en el Milan, el ex futbolista del São Paulo y Balón de Oro en 2007 empieza a dar señales de querer volver por sus fueros.
En el segundo tiempo se desinfló Kaká y con él todo el Madrid; y aunque el Barcelona llegó a jugar media hora con un hombre menos por la expulsión de Busquets, fueron los de Guardiola los que contaron con las mejores ocasiones, como esa que falló Messi ante Casillas cuando el partido ya se moría.
Al final, resultado, expulsiones y merecimientos aparte, uno se queda con la sensación de haber visto un partido entre dos rivales que estuvideron a un nivel muy serio y que seguramente saldrán reforzados del choque. El Barça por haber ganado con uno menos, arrebatándole de paso la punta del campeonato a su rival de ayer. Y el Madrid porque al fin ha estado a la altura de lo mínimo que se espera de un equipo con su historia y actual plantilla.
Aunque no será uno de los partidos más recordados (ninguno de los dos equipos brilló, apenas hubo situaciones claras por bando y goles no se gritaron más que uno, el de Ibrahimovic que le dio la victoria a los azulgrana), sí hay que señalar que fue un choque vibrante entre dos rivales de muchos kilates. En teoría, esto es lo menos que se puede esperar cuando se enfrentan dos plantillas con tantos recursos y súper estrellas. Pero la historia de los grandes derbys, además de enfrentamientos épicos y de recuerdo imborrable, también está plagada de fiascos. Anoche, afortunadamente, esto último no sucedió.
Si bien se presumía que el Real Madrid se mostraría mucho más sólido que en las últimas presentaciones, la imagen que dejaron ayer los dirigidos por Pellegrini, sobre todo en el primer tiempo, fue incluso mejor de la que se esperaba.
Cuando más se echaba en falta ese Madrid imponente e intimidante prometido por la chequera de Florentino Pérez y que en lo que llevaba de temporada apenas si se había insinuado un par de veces ante rivales menores, el conjunto merengue decidió hacer acto de presencia justo en el lugar más señalado: el campo de su eterno rival, actual monarca en ejercicio del fútbol mundial.
En una disputada primera parte, los madridistas controlaron el partido y dejaron la mejor imagen. Y si no se fueron con ventaja en el marcador, fue por el acierto de Víctor Valdés ante Cristiano Ronaldo, quien dispuso de una inmejorable situación luego de una magnífica asistencia de Kaká. Y por la soberbia actuación de Carles Puyol, que salvó in extremis dos goles cantados arrojándose como un poseso, primero a los pies de Marcelo y luego a los de Higuaín, para tapar sendos remates y cuando el gol parecía algo inevitable. No por nada fue el más elogiado por su técnico y compañeros al terminar el encuentro.
Del lado del Madrid lo mejor coincidió, y no por casualidad, con el mejor partido de Kaká desde que llegó a la Casa Blanca. Aunque está aún lejos de la brillantez y la regularidad que exhibiera en el Milan, el ex futbolista del São Paulo y Balón de Oro en 2007 empieza a dar señales de querer volver por sus fueros.
En el segundo tiempo se desinfló Kaká y con él todo el Madrid; y aunque el Barcelona llegó a jugar media hora con un hombre menos por la expulsión de Busquets, fueron los de Guardiola los que contaron con las mejores ocasiones, como esa que falló Messi ante Casillas cuando el partido ya se moría.
Al final, resultado, expulsiones y merecimientos aparte, uno se queda con la sensación de haber visto un partido entre dos rivales que estuvideron a un nivel muy serio y que seguramente saldrán reforzados del choque. El Barça por haber ganado con uno menos, arrebatándole de paso la punta del campeonato a su rival de ayer. Y el Madrid porque al fin ha estado a la altura de lo mínimo que se espera de un equipo con su historia y actual plantilla.
Lo irritante: las continuas y exageradas quejas de Cristiano Ronaldo, como siempre más pendiente de sí mismo y de influenciar al árbitro con sus reclamos y mohínes constantes. El Llorón de Oro y el FIFA World Quejica son todos para él este año.
Lo memorable: la reacción de Iniesta cuando Cristiano Ronaldo lo acusó de piscinero y de fingir una falta. El habitualmente imperturbable Iniesta se le fue al humo a la prima donna portuguesa y la mandó callar. Consultado luego por los periodistas, el crack culé se justificó diciendo que C. Ronaldo no es precisamente el más indicado de acusar a los demás de fingir o exagerar faltas. Beso y medalla para Iniesta.
(Click aquí para ver el momento en que Iniesta se encara con C. Ronaldo)
Lo memorable: la reacción de Iniesta cuando Cristiano Ronaldo lo acusó de piscinero y de fingir una falta. El habitualmente imperturbable Iniesta se le fue al humo a la prima donna portuguesa y la mandó callar. Consultado luego por los periodistas, el crack culé se justificó diciendo que C. Ronaldo no es precisamente el más indicado de acusar a los demás de fingir o exagerar faltas. Beso y medalla para Iniesta.
(Click aquí para ver el momento en que Iniesta se encara con C. Ronaldo)
Vi el partido, estuvo aburrido. Esperaba más de ambos equipos, ni hablar de Messi y Ronaldo. Los dos estuvieron perdidos, los dos erraron un gol cantado cada uno, no me gustaron. Aunque tengo que aclarar que Messi jugó mejor, corrió más y se quejó menos. :P
ResponderEliminarPor ir a buscar algo a la cocina, me perdí el gol. Jeje.
A juzgar por el primer tiempo, mereció la victoria el Real Madrid. Y en el segundo, bueno, fue distinta la historia. Hubiese estado más interesante si no lo hubiera sacado a Ronaldo para poner a Benzemá, si sacaba un defensor de entrada, se iba a poner más lindo.
Buena tu nota. :P
Saludos, Fede.
PD: A mi gusto, Puyol es un cavernícola sin buen juego, pero con más huevos que fábrica de Kinder. Jeje.
Jaja, muy buena la definición de Puyol Efectivamente "Tiburón" no es el más fino de la clase, pero cumple muy bien su función. Es un pilar del Barça desde hace años, y siente los colores del club como pocos. Y ese liderazgo lo tiene también en la selección. A mí me hace acordar, no tanto en el estilo de juego pero sí en la eficacia y en el compromiso, al Ratón Ayala. Lástima el gol que se comió Messi. Y lástima para el espectáculo que Cristiano no haya seguido en la cancha, pero no podía jugar más por el físico. Ahora, el partido de Messi fue tremendo: el Barça se quedó con un hombre menos y la pulga se encargo de aguantar la pelota y manejar los tiempos del partido. Siempre con la inestimable ayuda de dos pequeños gigantes: Xavi e Iniesta, que son como el dúo dinámico.
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