27 de diciembre de 2009

Cesc Fábregas, 23 minutos de fútbol total



Maestro. 23 minutos le bastaron a Cesc para tumbar al
Aston Villa y firmar una actuación antológica.




A la red. Momento en que Cesc ejecuta el tiro libre con el
que anotaría el primero de sus dos goles frente a los "villanos".


Se enfrentaban esta tarde en el Emirates Stadium el local, Arsenal, y el Aston Villa, tercero y cuarto clasificados hasta ese momento en la liga inglesa. Habiendo pinchado el día antes el Chelsea, el Boxing Day se presentaba como una gran oportunidad para ambos conjuntos de acortar distancias con el líder del campeonato. Partido importante y con mucho en juego, por tanto. Y el primer tiempo fue muy disputado, con cada conjunto haciendo gala de las señas que los distinguen: vocación ofensiva inquebrantable, juego de toque dinámico, desmarques y triangulaciones constantes por parte de los gunners; y líneas bien juntadas, firmeza en el fondo, presión constante y actitud presta para el contraataque por el lado de los villanos.

Las situaciones, aunque no demasiadas, se repartieron por ambos lados, lo mismo que la posesión del balón, a partes prácticamente iguales. El Arsenal sabía que no podía dejar pasar la oportunidad, sobre todo porque se enfrentaba al rival que a día de hoy es su mayor amenaza en la lucha por un lugar en los puestos de Champions League.

El final de la primera parte y el inicio de la segunda mostraron a un Arsenal más decidido pero al que le faltaba la claridad. Por eso, a los 12 minutos del complemento, el técnico Arsene Wenger decidió arriesgar y mandó al terreno de juego a Cesc Fábregas, que venía de una lesión muscular que lo tuvo casi dos semanas fuera. Y fue entrar el español y revolucionar el partido. No sólo eso: lo de Cesc fue absolutamente deslumbrante. Desde el momento mismo en que puso el primer pie en el césped, el encuentro dio un vuelco espectacular. A partir del juego de Cesc, el Arsenal se activó, el Aston Villa se refugió en su área olvidándose del contraataque, y el futbolista catalán no hizo más que brillar.

El de Arenys de Mar sacó el manual de estilo del futbolista total y en apenas 23 minutos dio una lección magistral de cómo se juega a este deporte. El Arsenal no puede entenderse sin Cesc, santo y seña del equipo londinense, el combinado que junto al Barcelona practica el mejor fútbol de Europa desde hace algunos años. Todas las pelotas pasan por los pies de Cesc. Corta el juego del rival, ordena tácticamente a sus compañeros, es el primero en sacrificarse cuando el contrario tiene el balón y dirige el juego de su equipo con mano de hierro. Pero no solo eso, también tiene llegada y gol.

Una vez ingresado al terreno de juego frente al Aston Villa, de manera instantánea comenzó a fluir el buen juego por el lado del Arsenal y empezaron a multiplicarse las posibilidades de gol. No importó que Cesc estuviera frío, ni que lo recomendable fuera que, viniendo de una lesión muscular, se dosificara en los esfuerzos. El futbolista catalán, ex compañero de Messi en las inferiores del Barça, no entiende de esas cosas. Es un competidor nato, y tiene la virtud de trasladar esa actitud a sus compañeros. A partir de su presencia, Nasri, Diaby y Arshavin también se encendieron. Así, a los 8 minutos de estar en la cancha sufrió una falta sobre el borde del área que él mismo se encargó de ejecutar con precisión: pelota con mucha rosca, girando y acelerándose más a medida que se acercaba al arco, haciendo absolutamente inútil la estirada del portero Friedel, de gran actuación pese a los tres goles que terminó encajando.

Cesc desquició a sus rivales, que se vieron impotentes ante el juego del catalán. Una muestra fue esa jugada en la que en un balón muy disputado en la mitad de la cancha le tiró un delicioso sombrero a su compatriota Cuéllar, que se vio obligado a tumbar al 4 del Arsenal, que se iba lanzado de cara a la portería contraria. La jugada le valió la amarilla al defensor del Aston Villa y dio todavía más alas a unos cañoneros que ya estaban desbocados en búsqueda de más goles. El segundo tanto llegó en el minuto 80. Pérdida de un balón en ataque por parte del Villa, pelotazo largo para la escapada de Theo Walcott por la banda derecha, pique de Cesc por el centro y definición perfecta ante la salida de Friedel y con tres defensas a punto de rebanarle los talones. Nunca llegaron.

En esa jugada, Cesc volvió a resentirse de su lesión y tuvo que ser reemplazado. Estuvo 23 minutos en el campo y le alcanzó para marcarse una actuación no sólo antológica sino también pedagógica: ningún entrenador de fútbol puede prescindir del DVD de esos 23 minutos de Fábregas, que deben servir para la enseñanza de la práctica futbolística. (En el minuto 91, en gran jugada personal, Diaby puso el definitivo 3-0).

Se retiró Cesc, envuelto en la ovación de la grada y de sus propios compañeros, que lo aplaudieron en la cancha. Aplausos que algunos evitaron, como los jugadores y técnico rivales, que seguro sintieron el impulso de hacerlo pero debieron contenerse; aplausos que otros muchos, miles, acompañamos desde diferentes partes del mundo frente a una pantalla de televisor.

24 de diciembre de 2009

Dry Martini, recio y sofisticado



Bala de plata. Apenas hay que ensuciar el hielo con vermouth; el resto, todo ginebra. Y frío, muy frío es como debe servirse el Dry Martini.



Clásico. Como ocurre con la pinta de Guinness, cuando se toma un Dry Martini en la copa correspondiente, uno se está bebiendo un icono. En casa sabe bien, pero en un bar a medialuz y sobre una barra de madera oscura, mucho mejor.


Como es una bebida que vale la pena (¡y tanto!) y porque además creo que el texto es bastante ameno, aprovecho para tirar de archivo y subir un artículo sobre el Dry Martini que publicamos el año pasado en Miralls, la revista que editamos con un grupo de amigos en Valencia (hace un año que salió el último número, y ahora estamos tratando de relanzarla en versión digital. Ya los acosaré cuando la tengamos en Internet).

Debajo va el texto en cuestión que escribimos entre mi amigo Alejandro Carbó y yo (sí, los sacrificados integrantes de El equipo de investigación), texto que, además de hablar sobre el cocktail más clásico entre los clásicos, incluye una serie de sitios en Valencia donde se puede tomar esta bebida.

También añado al final un link a un artículo de Enric González (imprescindible) así como un link a un video muy cortito donde se muestra cómo preparar un Dry Martini. A diferencia de lo que se suele decir, "¡inténtenlo en sus casas!".



AQUÍ SE BEBE
Dry Martini, algo más que una bebida

Texto: El Equipo de Investigación.


Una de las ventajas de contar en una publicación con editores de criterio amplio es que los redactores pueden proponer toda clase de temas sabiendo que, muy probablemente, les darán el visto bueno para escribir sobre ellos. Lo mismo ocurre cuando la edición está en manos de librepensadores, gente un poco pasada de rosca o incompetentes de remate. Pero aquí no nos pronunciaremos acerca de a qué categoría pertenecen los editores de esta revista. Tampoco es cuestión de caer en el elogio desmedido ni de ir por ahí con el dedo acusador: a veces, evitar estas opciones demuestra sino sabiduría sí al menos sentido de la oportunidad y buen tino.

En todo caso e independientemente de cual sea la calaña de los editores de Miralls, lo cierto es que han dado vía libre a esta sección en la que se hablará alternativamente de comidas y bebidas. Pero antes de entrar en materia conviene hacer una pequeña salvedad: esta sección fue propuesta, aprobada y concebida durante el verano, agujero espacio temporal que, como es sabido, se caracteriza principalmente por la abundancia de informaciones absurdas en los medios de comunicación, programaciones televisivas más infames de lo habitual y la práctica de aficiones de riesgo como la visita de aeropuertos, la infidelidad y el divorcio.

Los meses estivales constituyen también un período propicio para el consumo de bebidas alcohólicas, y como esta sección se ha hecho claramente con mimbres veraniegos, en su estreno hablaremos de un clásico: el Dry Martini.


Desayuno con Dry Martini


El perfecto Dry Martini se debería beber acompañado de Audrey Hepburn a la entrada de la joyería Tiffany’s de Nueva York. Pero eso no siempre es posible. Por eso, también nos sirve un amigo bajito, calvo y con gafas. Y es que el Dry Martini obra milagros, es todo un experto en disfrazar y mejorar la realidad. Por eso, es el cocktail más consumido en el mundo. Se suele decir, aunque tal vez la proporción haya cambiado un poco, que dos de cada tres de todos los combinados que se preparan son Dry Martini.

El Dry Martini perfecto es transparente como el cristal y frío como el hielo. Es un trago corto y peligroso. Combina bien con la anécdota rápida y el chiste fugaz. Por el contrario, no combina nada bien con grandes discursos ni con parrafadas extensas. Un Dry Martini en manos de un orador pesado o de un fantasma con ganas de rememorar los mejores momentos laborales de la semana puede convertirse en un arma muy peligrosa. Es más, debería estar considerado por la ley como un arma de fuego, o arma blanca al menos. No en balde, el Dry Martini también es conocido como la “bala de plata”.

Pese al aura de sofisticación que rodea al cocktail, el Dry Martini tiene la rotundidad propia de las cosas simples bien hechas. La sencillez de su fórmula es más que elocuente: ginebra y vermut seco, con oliva o cáscara de limón. Lo accesorio y la parafernalia sobran; en el peor de los casos, quedan reservados para el barman.

Otro asunto crucial son las proporciones de la mezcla. El ya mítico columnista de El País, Enric González - que define a éste cóctel como “un artefacto fugaz y esencial”- sostiene que “las proporciones constituyen un asunto personal, sobre el que se puede opinar, pero no discutir”. Pues un correcto bebedor de este cocktail “respeta los cánones, pero soporta mal los tópicos”. Según el gran Enric, “el Dry Martini requiere criterio. El criterio requiere opinión. La opinión requiere reflexión. Y la reflexión requiere escepticismo.” Ahí queda eso, no seremos nosotros quienes le discutamos.

Si el Barça es más que un club, el Dry Martini es algo más que una bebida. Un trago corto, fuerte y seco, creado para ser degustado con paciencia. El perfecto Dry Martini es algo casi poético. Una copa rápida para ser consumida con lentitud, una bebida madura y poderosa que requiere cierto control porque, como se suele decir “un solo Dry Martini ya pueden resultar demasiados”.

Quien lo bebe está consumiendo un concepto y una tradición. El Dry Martini ha sido escogido durante todo el siglo XX como bebida favorita por expertos borrachos como, Winston Churchill, Humphrey Bogart, John D. Rockefeller, Frank Sinatra, Ernest Hemingway o Luis Buñuel. Hasta el supuestamente íntegro James Bond siempre sucumbe a sus encantos y lo pide con un chulesco "agitado, no removido”.

Con un Dry Martini más que emborracharte con estilo, te estás emborrachando de estilo.

Por ello, la película “Desayuno con diamantes” con las breves, alocadas y chispeantes frases que Truman Capote coloca en los elegantes labios de Audrey Hepburn, es la que mejor ha sabido capturar el venenoso encanto de este cocktail esencial. Una magia que ni siquiera ha sucumbido por la abusiva sobreexplotación realizada en infinidad de cuadros y carteles del Pop Art, unos reiterativos y previsibles carteles que reproducen una y otra vez a la pobre Audrey Hepburn sosteniendo una copa de Dry Martini en la mano. Imágenes que atiborran desde hace años cualquier tienda de decoración del mundo, alimentando de esta forma los sueños de glamour de imposibles Audreys que trabajan en sucursales bancarias.


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¿Dónde ir?

Una vez elegido el tema de este artículo, surgió de inmediato la pregunta "¿Dónde tomar Dry Martini en Valencia?". Espoleado por el compromiso con los lectores y por la función social que todo medio de comunicación debe aspirar a cumplir, el Equipo de investigación de Miralls se metió en faena para acercar algunas respuestas, cosa bastante difícil tratándose de una ciudad con poca o nula tradición en la coctelería. No es por ofender, pero llama la atención que en reputadísimos restaurantes y pubs de la Valencia de la Formula 1 y de la Copa del América, cuando pides un Dry Martini te pregunten con toda la naturalidad del mundo que si Martini blanco o rojo. ¡Qué pensarán de nosotros Flavio Briatore y Bernie Ecclestone!


Café Dublín
C/ Sueca, 51 (Ruzafa)

No es la mejor opción de la ciudad pero tampoco está del todo mal. A favor: es un local que ofrece una lista variada de cócteles, ideal para paladares e hígados inquietos. Cuenta con un potente aire acondicionado, cuestión para nada baladí en una ciudad en la que por mucho que nos empeñemos en creernos Mónaco reina un clima subtropical. Su versión del Dry Martini viene con rizo de cáscara de limón y deja un marcado, aunque no exagerado, regusto a ginebra. En contra: lo sirven poco frío, lo que indudablemente le resta enteros a la calificación final. Lo mismo ocurre con su versión del Manhattan.


El gastrónomo
Av. Primado Reig 149

Este restaurante donde se prepara el mejor steak tartare de Valencia, cuenta además con un excelente Dry Martini como complemento de lujo. La sobriedad y el clasicismo del personal de sala le confieren un aire ritual a la preparación del Dry Martini que le sienta de maravilla. Los chicos del Gastrónomo parecen haber interiorizado la elegante esencia del cocktail, y saben que los aspavientos y exhibiciones están completamente fuera de lugar. Un Dry Martini debe prepararse y servirse de la manera más perfecta, educada y amable posible. Solo así, se crea el clima que permite disfrutar de esta bebida con todos los sentidos.


Christopher Lee
c/ Pinzón, 17 (Ciutat Vella)

Una de los pocos pubs especializados en cocktails de Valencia. Un lugar donde se toman muy en serio esto del Dry Martini. Lo saben preparar de diversas formas, y todas están buenas. La atmósfera del local, fundado en 1971 y situado en el corazón del barrio del Carmen, te permite hacer un viaje en el tiempo que te traslada hasta la época de la “movida” valenciana y una supuesta vida bohemia de finales de los años 70. Los camareros tienen la buena -y cada vez más extraña- costumbre de escuchar los gustos del cliente para preparar la bebida a su gusto.


La casa del Martini
c/ Bélgica 28 (zona Mestalla)

Si el Christopher Lee te traslada hasta el corazón de los ambientillos artísticos de finales de los ‘70, la Casa del Martini encarna a la perfección el gusto por la decoración “fashion y cool” de los ‘00. Pese a que más de uno este tipo de ambientes Bohemian & Bourgeois nos parece un rollo patatero, hay que reconocer que el local es muy cómodo y se está realmente a gusto. Y lo que es más importante: Pilar y su equipo saben preparar un buen Dry Martini, servido siempre con una sonrisa en los labios. Así que como dijo Harry Craddock, el mítico barman del hotel Savoy de Londres, "bébelo mientras todavía te sonría".

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Enlaces:

Cuestión de principios (Enric González)
Aprende a hacer un Dry Martini (video)

22 de diciembre de 2009

Las noticias del día: Messi gana el FIFA World Player y los Kirchner son sobreseídos en la investigación por enriquecimiento ilícito


Simplemente, el mejor. Lionel Messi recibe de manos de Joseph Blatter el FIFA World Player que lo acredita como el mejor futbolista del mundo en el 2009. ¿Qué dirán ahora Don Niembraaa y otros pseudoperiodistas?




Sobreseídos. Pese a que han aumentado su patrimonio un 572% desde que llegaron al gobierno de la Nación, el controvertido juez Oyarbide no vio nada raro en ello y decidio sobreseer a los Kirchner en la causa en que se los investigaba por enriquecimiento ilícito.

Si uno hace una rápida mirada a los principales diarios de la prensa internacional (Internet permite hacerlo en un instante) en todos encontrará, a excepción únicamente de los diarios norteamericanos, referencias al FIFA World Player que le dieron el lunes por la noche a Lionel Messi.

Otro premio, el más importante de todos, que recibió el jugador del Barça en un año brillante, donde terminó de confirmarse como lo que es: el mejor futbolista del planeta, pese a que a algunos no les guste (¿Que dirán ahora Fernando Niembro y otros pseudoperiodistas por el estilo? ¿Es normal que alguien llame “La Joya” a un jugador tan mediocre como Rodrigo Palacio y luego arme una campaña de desprestigio contra un fenómeno como Messi? ¿Es normal que tanta gente en Argentina compre semejante discurso?).

Pero si uno mira la prensa argentina (siempre y cuando no sea la oficialista, que recibe dinero del Gobierno y no se dedica a informar), verá otros títulares llamativos, como el que indica el sobreseimiento del matrimonio presidencial, los Kirchner, en la causa que se les abriera por enriquecimiento ilícito. Aunque multiplicaron en más de un 500% su capital desde que llegaron al poder nacional (y eso que ya llevaban camino recorrido puesto que se habían pasado varios años gobernando la provincia de Chubut, él; y ocupando una banca en el Congreso, ella), los jueces y peritos involucrados en la investigación del caso no encontraron nada raro en el crecimiento exponencial de los bienes y de las cuentas bancarias de la singular pareja.

Pero tampoco debería esto sorprender mucho. Este tipo de situaciones son muy comunes y cercanas al imaginario colectivo argentino. De hecho, es un calco de lo que ocurría en los '90, cuando gobernaba el inefable Carlos Menem y Norberto Oyarbide, el mismo juez que investigó ahora a los Kirchner, también dictaba sentencias favorables al entonces presidente. Será que estoy viviendo mi particular déjà vu o es que soy muy paranoico. O será tal vez que pienso que no hay que ser selectivo ni acomodaticio cuando se critica o se valora lo que hace un gobierno, lo hayamos votado o no, nos identifiquemos más o menos con sus referentes.

Volviendo al recorrido por los diarios argentinos, también se puede uno encontrar con esa otra noticia, en la que se arrojan los números del “Fútbol para todos”, ese absurdo por el que a mediados de año el gobierno decidió echar mano de las arcas del Estado no para destinar más recursos a la educación o a la sanidad, sino para gastar millones de pesos en la transmisión de partidos de fútbol, entendida como necesidad básica únicamente en un país como Argentina.

Hace unos días se supo que las transmisiones - pese a que la presidenta y buena parte de los más destacados miembros de su gabinete habían insistido una y otra vez en que el Estado “no gastaría ni un peso”- le costaron al Gobierno 473 millones de pesos sólo en los últimos cuatro meses. Dinero que, como todos sabemos, no sale de los bolsillos de Néstor, Cristina and company, sino de los de todos los argentinos (y esto no es demagogia, sí lo es en cambio aquello de “fútbol para todos” o lo de “se acabó al fin el secuestro de goles”).

En fin, dos noticias tristes que reflejan el estado del país. Bastante lastimoso, sobre todo viendo que la pobreza se ha disparado en los últimos meses y sin embargo se prefiere gastar cientos de millones en algo tan innecesario como las transmisiones de fútbol. ¿Cómo se defiende esto? ¿A qué grado de fanatismo se debe llegar para justificar este desaguisado y verlo como una medida que era indispensable tomar?

Supongo que ahora no le echarán también la culpa de esto a Messi. Aunque nunca se sabe. En Argentinland se han visto cosas peores y todo es posible.

Más información:


18 de diciembre de 2009

De culos y periodismo


Clones. Chismorreos de la farándula, escándalos sexuales
y otras noticias similares ya no son exclusivas de los tabloides;
también la prensa seria les ha hecho hueco en sus páginas.


Criterio periodístico (o El culo es el mensaje). Durante la
última visita de Estado del presidente de Francia a su par español,
El País llevó la noticia a la portada con esta foto, con las posaderas de la primera dama visitante y las de la Princesa de Asturias en primer plano.


La prensa escrita, esa que se escribe a diario, está cada vez peor. En líneas generales, y aunque queden algunas excepciones, se puede afirmar que el nivel de la prensa escrita ha dado un bajón notable en su calidad en los últimos años. No hay cabecera que no incluya algún titular, noticia o columna absurdo, superficial o directamente estúpido. Y eso por no hablar de las erratas y los errores de ortografía, a menudo escandalosos. Así, lo que antes era exclusivo de los tabloides más sensacionalistas ahora lo hacen incluso los diarios más prestigiosos y renombrados.

Son muchas las causas que han llevado a la prensa a este estado, que por momentos resulta desasosegante. La necesidad de competir con la radio, la televisión e Internet, sumada al afán por captar el interés de los lectores, ha hecho que los periódicos generalistas fueran modificando tanto sus criterios sobre lo que se puede publicar y lo que no, como las jerarquías que determinan la importancia y el orden en que aparecen las noticias.

También tenemos la estructura empresarial en la que se hallan insertos los diarios. Los principales referentes de la prensa escrita forman parte de grupos multimedia que cotizan en bolsa y cuyos accionistas sólo parecen estar interesados en obtener beneficios económicos y exigen para ello más ventas, más lectores, más ingresos por publicidad. Más de todo y menos de periodismo, que eso no interesa y sale caro.

Y luego están los lectores. El umbral de tolerancia de la mayoría se ha reducido notablemente. No solo dan la sensación de aceptar lo que sea que le echen, sino que parece que sólo buscan entretenimiento ligero y barato, dominado por informaciones sobre escándalos y chismorreos varios, principalmente los que van salpimentados de referencias sexuales.

Signo de los tiempos, basta con ver la lista de noticias más leídas que incluyen los grandes diarios en sus ediciones digitales para hacerse una idea de lo que más interesa a la mayoría de lectores.

Si en un mismo día los diarios reflejan la aprobación de una ley de vital importancia para el país y el escandalete de turno de Gran Hermano o el flamante culebrón acerca de las infidelidades del deportista o la actriz del momento, está claro qué noticias estarán entre las más leídas.

Como muestra, la siguiente “noticia”, que lleva el elegante título de "¡Mira qué culos!" y que durante dos días se mantuvo como la noticia más leída del diario El Mundo. Vale que no es el New York Times, pero es el segundo diario más leído e influyente de España. Diario que, además, dicta desde hace años másters de periodismo. Ahí es nada.

Click aquí para acceder a la noticia y al video.

(Atentos a los comentarios, dichos totalmente en serio, de los ganadores de semejante concurso y a las frases del “jurado”, conocido en España por ser coreógrafo del programa de baile de la tele "¡Mira quien baila!", y de cuyo nombre se valió el redactor para realizar el ingenioso juego de palabras con el que tituló su texto).

9 de diciembre de 2009

Passarella presidente: el Gran Capitán está de vuelta



Nacido para defender a River. Es lo que viene demostrando Passarrella desde su época como jugador. Viendo el cartel, nunca mejor dicho, se le pone a uno la piel de gallina.




Goleador. Passarella es el defensor más goleador de la historia del fútbol argentino. En la foto, celebra el gol que anotó en la victoria 1-2 de River sobre Ferro el 24 de marzo de 1981.


En la última madrugada argentina del sábado para el domingo se dio a conocer algo que muchos hinchas de River esperábamos: Daniel Alberto Passarella fue elegido como nuevo presidente del club de Núñez. Y si bien el Kaiser tiene algunos antecedentes que invitan a la desconfianza, no es menos cierto que en su trayectoria, plagada de éxitos y de pruebas de amor a los colores blanquirrojos, son muchas más las cosas que permiten el optimismo.

Volvió el Gran Capitán, y eso para la gente de River siempre tiene que ser, al menos en principio, motivo de alegría y de ilusión. Claro que esto no implica dar carta libre a su gestión y descartar el análisis crítico de la administración que haga de la institución. Todo lo contrario.

La elección de Passarella es motivo de alegría, sobre todo, porque implica el fin de los 8 nefastos años de mandato de Aguilar, ese fabricante de penurias para los hinchas de River y proveedor de alegría para los seguidores de los equipos rivales, especialmente para los primos, que ya deben de estar lamentándose porque ha vuelto todo un símbolo de River.

Aunque se tiña el pelo y tenga cosas jodidas en su pasado, confío en Daniel para sacar a River adelante. Va a ser muy difícil y tenemos que convencernos de que posiblemente nos lleve mucho tiempo recuperarnos. Pero solo con gente del club y que sienta verdaderamente los colores del Millo -y aquí al menos por una vez la frase tópica cobra sentido-, la institución podrá salir adelante.

Fue un grande como jugador, posiblemente el mejor que dio la Argentina en su posición y uno de los más grandes defensas del fútbol mundial. Como técnico también dio muchas alegrías a los hinchas de River y siempre, siempre, defendió al club (a pocos les luce tan bien el escudo sobre el pecho. Incluso ahora, con 56 años). Así que esperemos que la historia se repita con Daniel como presidente. Nos hace mucha, demasiada, falta.

Como canta Copani, “...Vi a Daniel parar el viento...”. Confío en que lo podamos ver así nuevamente.

Volvió el Gran Capitán de la Banda Roja. Y estoy muy contento.


Pd: Para quienes no han visto a Daniel sobre el césped, para quienes no lo conocen, para quienes sólo le ven cosas negativas y para aquellos a los que les puede el resentimiento o el fanatismo de ser de un equipo contrario, solamente les recuerdo unas cifras que hablan por sí solas: Passarella es el defensor más goleador de la historia del fútbol argentino con 99 goles en su carrera (hubieran sido 100 si el árbitro Juan Carlos Crespi, que creo que luego fue dirigente de Boca, no le anula injustamente ese tremendo gol de tiro libre en un súper clásico del '89) y segundo defensor más goleador de la historia del fútbol mundial, con 134 conquistas. Y ojo, los goles de Daniel fueron jugando en Argentina (cuando el campeonato de allá era de alta exigencia, no como ahora) y en Italia, posiblemente la liga donde más cuesta marcar goles.
Para que se hagan una idea: Guillermo Barros Schelotto, supuesta gran figura del fútbol argentino y uno de los máximos ídolos de Boca, que jugaba de delantero y no de defensa como Daniel, marcó dos goles menos que Passarella (132, sumando los goles en torneos de la AFA y en Copas Internacionales).

3 de diciembre de 2009

Messi, Enemigo de Oro 2009


El Malo malísimo. A Messi le llueven las críticas en Argentina. Pero eso tiene fácil solución: si se hace un tatuaje del Ché, graba un disco de cumbia y se levanta a una botinera, ganará nuevos fans en su país natal.


Entre los comentarios que recibí y, sobre todo, los que se pueden leer en varios diarios argentinos, veo que por allá Lionel Messi, a pesar de ganar de forma abrumadora el Balón de Oro 2009, sigue siendo un tipo resistido, que genera rechazos en un nivel para mí incomprensible. Cuando el resto del mundo lleva al menos un par de años rendido a Messi, en el único lugar donde genera tanto rechazo es en su país de origen. Ni siquiera los brasileños ni los hinchas del Real Madrid (a priori, sus “enemigos naturales”) le niegan virtudes al rosarino.

Lo llamativo es que la mayor parte de las críticas no son estrictamente futbolísticas sino de índole muy distinta, lo cual permite hacer conjeturas casi en clave sociológica.

Me atrevo a aventurar algunas hipótesis que, como tales, podrán ser más o menos acertadas, que aquí nadie tiene la razón absoluta y en fútbol casi todo es opinable. Y digo casi porque hay cosas, como la valía de Messi, que no admiten discusión.

Ni Aimares, Saviolas, Riquelmes, Ortegas, Tévezes, Palermos, ni nada parecido. Messi es lo mejor que le pasó al fútbol argentino en los últimos 20 años. Esto es más que una opinión. Es un hecho objetivo. Y de ninguna manera se trata de un desmerecimiento a los muchos jugadores de gran calidad que surgieron en Argentina en la últimas dos décadas. Pero lo de Messi es otra cosa, está a otro nivel.

Futbolísticamente hablando, Messi es el mayor talento con el que cuenta Argentina desde el retiro de Maradona. Es un chico de apenas 22 años que ya se ganó su asiento en el exclusivo club de los grandes de la historia, ahí, pegadito a Alfredo, Diego, Edson, Johan y Zinedine.

No querer verlo de esta manera es de ciegos, es negar una evidencia que todo el planeta ve y celebra. Por eso creo que la incomprensión hacia Messi radica sencillamente en el desconocimiento: la gente no ve jugar a Messi. Porque ¿cuántos de los que lo critican tan duramente han visto más de veinte partidos completos de Lio? Y veinte partidos no son muchos para juzgar a un futbolista...

El malo de la película


A Messi le acusan, básicamente, de dos cosas: de no esforzarse cuando juega en la selección y de ser millonario (¡¿?!). Según esta teoría tener mucho dinero en el banco impide que un futbolista haga bien su trabajo. Por lo general la cosa suele ser al revés: los tipos que hacen muy bien su trabajo con una pelota en los pies se vuelven millonarios como consecuencia de ese buen hacer.

Los muchos que sostienen esta teoría proponen que la selección prescinda de los futbolistas que juegan en Europa y que el equipo se arme con jugadores del fútbol local. Esto, supuestamente, garantizaría el hambre de gloria del equipo, algo que en su opinión no aportan los millonarios europeos porque están demasiado acomodados en sus “vidas burguesas”.

En la historia del fútbol y del deporte en general existen montones de ejemplos que echan por tierra esa falaz creencia de que no se puede alcanzar la gloria cuando ya se tienen las alforjas llenas de billetes. Por citar casos contemporáneos y conocidos por todos: Michael Jordan, Roger Federer, Michael Schumacher, Tiger Woods, Usain Bolt, Mike Tyson o el mismo Maradona ya eran bastante millonarios cuando seguían buscando (y logrando) más y más gloria. El crecimiento exponencial de sus cuentas bancarias se fue dando en paralelo al crecimiento de títulos y el reconocimiento que iban obteniendo. Por lo tanto, es evidente que ganar dinero no hace peores a los deportistas.

Por otra parte, y aunque no ganen lo mismo que los que juegan en Europa, cualquier jugador de la primera división argentina cobra bastante más que un abogado, un periodista, un médico, un dentista o un oficial de policía con trabajos normales. Por tanto esa pretensión de hacer ver que los jugadores locales representarían mejor al pueblo porque ellos son el pueblo tampoco tiene una fundamentación demasiado sólida.

Un poco de sentido común (se echa en falta)

Igualmente, tener hambre de no es suficiente para poder obtener la gloria. También hacen falta buenos jugadores. Si Maradona, por ejemplo, me convoca a mí y a mi barra de amigotes, seguro que en Sudáfrica no habrá selección con más hambre de gloria que la formada por este selecto grupo de hombres de pésimo estado físico y dudosa calidad futbolística. Pero si nos toca jugar con Brasil y le queremos ganar, honestamente, creo que la selección argentina tendría más posibilidades de conseguirlo si juegan Messi y otros de los malvados vendepatria que se desempeñan en Europa y que encima cometen el pecado de ganar mucha plata de manera honesta.

Esto último también es bastante curioso. Muchos argentinos sacan, de manera implacable, el dedo inquisidor para señalar a jugadores que no hacen más que ganar dinero de manera honesta (¿qué culpa tienen si Adidas, Gillette o a Audi les pagan un montón de plata por promocionar sus productos? ¿O si un club les ofrece un sueldo elevado para que jueguen con ellos y no con el archirrival?).

Sin embargo, esos mismos guardan el dedo ante quienes más lo deberían usar, al tiempo que toleran, generación tras generación, que decenas de dirigentes políticos (de todos los partidos y orígenes geográficos) se conviertan en millonarios de manera deshonesta, apropiándose de dinero del Estado. No solo que guardan el dedo, sino que los justifican, los defienden y los votan una y otra vez. Como ciudadano si a Messi el Sr. Adidas decide pagarle una millonada, no es algo que me deba importar ni afectar. Ahora, si un funcionario o funcionaria multiplica un 800% su fortuna desde su llegada al gobierno y no lo puede justificar, creo que eso sí debería afectarme y preocuparme. Y creo también que en esos casos la obligación de un ciudadano debe ser exigir cuentas a esos funcionarios sin que los demás se le echen encima colocándole todo tipo de etiquetas (“golpista”, “derechoso”, “reaccionario”. El mundo al revés, roban los políticos y es como si la culpa fuera de quienes exigen explicaciones o no están de acuerdo con los saqueos alevosos de las arcas públicas).

Elemental, querido Watson

Volviendo a la composición de la selección, claro que se puede armar un equipo con futbolistas que juegan en el país y disputar el mundial. Y hasta se podría hacer un papel digno. Ahora, no hay que ser la reencarnación de Einstein ni tener cuatro doctorados en ciencias para darse cuenta de que no disponer de los mejores futbolistas reduce enormemente las posibilidades de triunfo de un equipo.

¿A alguien se le ocurre que Brasil no llamará a Kaká, Francia a Ribéry o España a Iniesta simplemente porque sus sueldos son muy superiores al de la mayoría de los asalariados de sus respectivos países? ¿A alguien le parecería normal que la selección argentina de básquet fuera al mundial con un equipo formado con jugadores del interior de Salta aduciendo que a Ginóbili, Scola y el resto de los NBA no se los convoca porque ganan demasiada plata y porque no tienen hambre de gloria?

¿Suena ridículo, no? Pues eso.

1 de diciembre de 2009

Messi, Balón de Oro 2009


Merecido. Messi y el Barcelona firmaron una temporada para la historia.


Como se esperaba, hoy se ha anunciado que el Balón de Oro 2009 que entrega la revista francesa France Football es para Lionel Messi.

Periodistas deportivos destacados en las mejores ligas europeas y con derecho a voto en esta elección, no tuvieron dudas de quien ha sido el mejor futbolista de Europa (es decir, del mundo) durante el último año. El argentino logró 473 de los 480 puntos posibles. Nunca antes un Balón de Oro había obtenido tantos puntos.

¿Qué dirán hoy en Argentina? ¿Seguirán las críticas hacia el rosarino? ¿Se seguirán escuchando sandeces del tipo “Riquelme es el mejor”, “Prefiero a Tévez” o “la selección tiene que formarse con futbolistas locales y hay que dejar afuera a los europeos”?

En fin, esperemos que con este premio y con el FIFA World Player, que seguramente también irá para la Pulga, en Argentina empiecen a valorar al rosarino en su justa medida.

P.D.: Una pregunta: ¿Cuánto tardará la presidenta Cristina K. en pronunciarse alabando las virtudes de Messi y proclamando el orgullo que este premio supone "para todos los argentinos"? Se sabe lo oportunista que son los políticos y su tendencia a vampirizar logros ajenos.

30 de noviembre de 2009

Barça 1 - Real Madrid 0: partido muy serio en el Camp Nou





1) Figuras. Carles Puyol y Kaká fueron lo más destacado de
sus respectivos equipos.

2) ¡Que te calles! Iniesta no se anduvo con vueltas y mandó a
callar a Cristiano Ronaldo, que se quejó todo el tiempo que estuvo en el campo.


Aunque en el momento en que me dispongo a escribir estas líneas aún no se han cumplido 24 horas del partido jugado entre Barcelona y el Real Madrid, calculo que a estas alturas cualquier persona medianamente decente estará no solo enterada del resultado final sino lo bastante informada de los detalles del encuentro.

Aunque no será uno de los partidos más recordados (ninguno de los dos equipos brilló, apenas hubo situaciones claras por bando y goles no se gritaron más que uno, el de Ibrahimovic que le dio la victoria a los azulgrana), sí hay que señalar que fue un choque vibrante entre dos rivales de muchos kilates. En teoría, esto es lo menos que se puede esperar cuando se enfrentan dos plantillas con tantos recursos y súper estrellas. Pero la historia de los grandes derbys, además de enfrentamientos épicos y de recuerdo imborrable, también está plagada de fiascos. Anoche, afortunadamente, esto último no sucedió.

Si bien se presumía que el Real Madrid se mostraría mucho más sólido que en las últimas presentaciones, la imagen que dejaron ayer los dirigidos por Pellegrini, sobre todo en el primer tiempo, fue incluso mejor de la que se esperaba.

Cuando más se echaba en falta ese Madrid imponente e intimidante prometido por la chequera de Florentino Pérez y que en lo que llevaba de temporada apenas si se había insinuado un par de veces ante rivales menores, el conjunto merengue decidió hacer acto de presencia justo en el lugar más señalado: el campo de su eterno rival, actual monarca en ejercicio del fútbol mundial.

En una disputada primera parte, los madridistas controlaron el partido y dejaron la mejor imagen. Y si no se fueron con ventaja en el marcador, fue por el acierto de Víctor Valdés ante Cristiano Ronaldo, quien dispuso de una inmejorable situación luego de una magnífica asistencia de Kaká. Y por la soberbia actuación de Carles Puyol, que salvó in extremis dos goles cantados arrojándose como un poseso, primero a los pies de Marcelo y luego a los de Higuaín, para tapar sendos remates y cuando el gol parecía algo inevitable. No por nada fue el más elogiado por su técnico y compañeros al terminar el encuentro.

Del lado del Madrid lo mejor coincidió, y no por casualidad, con el mejor partido de Kaká desde que llegó a la Casa Blanca. Aunque está aún lejos de la brillantez y la regularidad que exhibiera en el Milan, el ex futbolista del São Paulo y Balón de Oro en 2007 empieza a dar señales de querer volver por sus fueros.

En el segundo tiempo se desinfló Kaká y con él todo el Madrid; y aunque el Barcelona llegó a jugar media hora con un hombre menos por la expulsión de Busquets, fueron los de Guardiola los que contaron con las mejores ocasiones, como esa que falló Messi ante Casillas cuando el partido ya se moría.

Al final, resultado, expulsiones y merecimientos aparte, uno se queda con la sensación de haber visto un partido entre dos rivales que estuvideron a un nivel muy serio y que seguramente saldrán reforzados del choque. El Barça por haber ganado con uno menos, arrebatándole de paso la punta del campeonato a su rival de ayer. Y el Madrid porque al fin ha estado a la altura de lo mínimo que se espera de un equipo con su historia y actual plantilla.

Lo irritante: las continuas y exageradas quejas de Cristiano Ronaldo, como siempre más pendiente de sí mismo y de influenciar al árbitro con sus reclamos y mohínes constantes. El Llorón de Oro y el FIFA World Quejica son todos para él este año.

Lo memorable: la reacción de Iniesta cuando Cristiano Ronaldo lo acusó de piscinero y de fingir una falta. El habitualmente imperturbable Iniesta se le fue al humo a la prima donna portuguesa y la mandó callar. Consultado luego por los periodistas, el crack culé se justificó diciendo que C. Ronaldo no es precisamente el más indicado de acusar a los demás de fingir o exagerar faltas. Beso y medalla para Iniesta.
(Click aquí para ver el momento en que Iniesta se encara con C. Ronaldo)

29 de noviembre de 2009

The Damned United. Cuando el fútbol era cosa de hombres







1) Afiche de la película The Damned United, que
narra parte de la vida del DT inglés Brian Clough.


2) A la izquierda, el Brian Clough real. Al lado, el Clough que aparece
en la película, interpretado por Michael Sheen (el mismo de
Nixon/Frost).

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"Si Dios hubiera querido que el fútbol se jugara en
las nubes, no habría puesto hierba en el suelo"
(
Brian Clough, director técnico inglés).

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En algún momento y en alguna parte de este intento de blog escribí que sus contenidos estarían referidos mayormente a asuntos fobalísticos, aunque no sería ésta la única temática que se abordaría. Tímidamente, insinué que también habría lugar para otras cosas, como cine, libros, música, otros deportes, y lo que fuera surgiendo. Finalmente, hoy me he decidido a escribir de cine. Pero como la cabra tira al monte, la película en cuestión trata, como no, de fútbol.

Dicho esto, haré algunos apuntes sobre The Damned United, película que narra buena parte de la vida deportiva del legendario director técnico inglés Brian Clough y que pasó sin pena ni gloria hace unos meses por los cines españoles (cuando la fui a ver, era el único en la inmensa sala). La cinta, dirigida por Tom Hooper, se centra en los humildes inicios de Clough, un ex delantero reconvertido en DT que inicia su carrera en los banquillos dirigiendo al Derby County, por entonces un más que modesto equipo de la segunda división inglesa.

A diferencia de lo que suele ocurrir con las películas “de fútbol”, que la más de las veces fallan estrepitosamente a la hora de retratar el espíritu del juego, de lo que hacen y viven sus protagonistas, The Damned United tiene sus principales logros justamente en la verosimilitud que transmite en estos puntos.

Ambientada en los años 60 y 70, refleja la ambición desmedida de Clough por ser alguien en el fútbol (es fundamental la relación de amor-odio que establece Clough con el también legendario técnico Don Revie, auténtica leyenda por entonces entre los preparadores británicos) así como unas maneras de ser, entender y vivir este deporte que tal vez se hayan perdido para siempre. Al menos en lo que al fútbol profesional se refiere.

El fútbol y los futbolistas que muestra la película son de cuando el balompié todavía era una cosa de hombres. Una época en que un futbolista era igual de fiero, rudo e iletrado que un estibador del puerto; días en los que los jugadores acumulaban en la piel cicatrices y magulladuras varias (auténticas marcas de guerra) y no artísticos tatuajes de vírgenes e ideogramas chinos y árabes como ocurre en la actualidad.

A diferencia de lo que sucede hoy día, en aquel entonces los futbolistas no ocupaban su tiempo en depilarse cejas y piernas, y mucho menos en teñirse el pelo y echarse perfume para salir al campo de juego. En aquellos años para que uno se quejara al árbitro antes tenían prácticamente que haberle arrancado la mandíbula. En cambio hoy si a un futbolista le quitan la vincha o lo despeinan, el damnificado rápidamente sale corriendo detrás del árbitro chillando como si hubieran intentado violarle.
Aquel era un tiempo en que la delación dentro del campo todavía era algo censurable y no un mérito.

Viendo The Damned United uno no puede evitar sentir nostalgia. Y, en mi caso al menos, no puedo evitar sentir cierta impotencia: ¡cómo me hubiera gustado ver a Cristiano Ronaldo y a Gago sufrir el rigor de los marcadores de entonces! ¡Hubieran renunciado al segundo partido para dedicarse a jugar a las muñecas el resto de sus vidas!

Aunque no es una joya, la película vale la pena. Muestra la ambición de Clough, su dedicación por entero al fútbol, su obsesión total. Un tipo que pensaba, hablaba y transpiraba fútbol a todas horas (y que bebía como un cosaco, todo hay que decirlo). Pero además era una rara avis para su tiempo y entorno: sus obsesiones eran el fútbol de ataque y el buen juego; el fútbol jugado con buen gusto y con el balón a ras del piso. No por casualidad una de sus frases más celebres es la siguiente: "Si Dios hubiera querido que el fútbol se jugara en las nubes, no habría puesto hierba en el suelo".

En eso, podemos decir que era de la misma familia del Loco Bielsa y Pep Guardiola, dos de las figuras más admiradas en esta humilde casa.

The Damned United muestra el fulgurante ascenso de Clough y su igualmente poderosa (aunque por suerte no definitiva) caída. Impagable ese momento en que dirigiendo al Derby County en segunda división, le toca recibir de local al todopoderoso Leeds United (el Manchester United de la época) en partido correspondiente a la F.A. Cup (similar a la Copa del Rey española). Clough, hasta ese momento ferviente admirador del DT del Leeds, Don Revie, y consciente de que todo el país centraría al menos por una vez los ojos en el modestísimo Derby County, se encarga él mismo de dirigir las obras de mejora en la cancha y en las instalaciones del club para recibir al poderoso equipo rival.

En la película, en lo que no sé si es una reproducción tal cual de lo que ocurrió en la vida real o una simple licencia del guionista, Clough aparece el día del partido colocando en el vestuario visitante, en el lugar correspondiente a cada jugador, una toalla recién lavada, una naranja y un cenicero: entonces se suponía que todos los futbolistas fumaban y eso no constituía problema alguno. El zeitgeist de aquellos días era muy diferente al actual.

Aunque en términos reales no ha pasado tanto tiempo, los años de Clough en el Derby County constituyen la prehistoria si lo comparamos con el hiperprofesionalizado fútbol actual en el que los futbolistas son atletas millonarios que se asemejan más a las estrellas del cine y el pop que a los duros marineros, como ocurría antaño.

Al infinito y más allá

Bajo las órdenes de Brian Clough, el Derby County consiguió subir a primera división y el mismo año de su ascenso logró el campeonato derrotando al poderoso Leeds United. Brian Clough alcanzó la gloria y fue elegido seguidamente por el mismísimo Leeds para reemplazar a Don Revie cuando este fue nombrado seleccionador de Inglaterra. Lo de Clough en el Leeds fue desastroso: duró apenas 44 días. Los futbolistas le hicieron una cama en toda regla y Clough fue despedido. Volvió al fútbol de ascenso y empezó nuevamente de cero.

Todo esto se muestra en la película. Pero de manera inexplicable, el film no se explaya en la posterior y todavía más gloriosa trayectoria de Clough: dirigiendo al Nottingham Forest consiguió ascenderlo a primera división y lograr nada menos que un campeonato de la Liga inglesa y dos Copas de Europa (hoy conocida como Champions League). Hasta la fecha, el Forest sigue siendo el único equipo que tiene más Copas de Europa ganadas que ligas locales.

En la película tampoco se cuenta que Clough, además de ser alcohólico, amante del fútbol espectáculo y un punto excéntrico, era también un comprometido hombre de izquierdas. Secundó varias huelgas no solo de palabra, sino que participó en persona en varias manifestaciones contra el gobierno de Margaret Tatcher por los despidos masivos que se realizaron en numerosas fábricas durante el mandato de la Dama de Hierro. Clough llegó incluso a donar parte de su sueldo para beneficio de los trabajadores en paro.

No sabemos si el director Tom Hooper no contó todo esto porque no lo encontró lo suficientemente relevante o porque decidió guardarse esa parte de la historia para una segunda película. Pero lo cierto es que en Hollywood no hubieran desperdiciado semejante material para filmar una de esas biopic que tanto gustan en la industria cinematográfica estadounidense.

Para saber más acerca de Mister Brian Clough y disfrutar leyendo, aquí tienen un texto al respecto firmado por el gran Enric González, otra de las debilidades de la casa.

Y por una vez, siempre y cuando no la consigan en su video club, voy a alentar la piratería: bájense la película, seguro que la van a disfrutar.


Ficha de la película:
Click aquí para trailer en español.
Click aquí para trailer en inglés.
Click aquí para ir a la web oficial.

The Damned United

Año: 2009.
Duración: 97 min.
Director: Tom Hooper.
Guión: Peter Morgan (Novela: David Peace).
Música: Robert Lane.
Fotografía: Ben Smithard.
Reparto: Michael Sheen, Jim Broadbent, Timothy Spall, Joseph Dempsie, Stephen Graham, Colm Meaney, Maurice Roëves, John Savage, Keiran Waite.
Productora: BBC Films / Left Bank Pictures / Screen Yorkshire.

26 de noviembre de 2009

Volvió el saltimbanqui



Demagogonaldo. En su regreso CR bailó, saltó
y sólo le faltó cantar de cara a la tribuna. En cuanto
a lo que se dice jugar al fútbol, no dio casi señales.

Jugaba ayer el Real Madrid en el Bernabéu contra el F.C.Zurich sabiendo que aunque ganara, gustara y goleara, saldría perdiendo en su comparación con la estelar actuación del Barcelona de la noche anterior. Después de todo, si quiere ganar al Barça tiene que hacerlo sobre el césped. Y este domingo tendrá la oportunidad cuando visite el Camp Nou. Otra cosa es que consiga hacerlo.

Anoche el conjunto de Pellegrini tenía que ganar para no complicarse la clasificación a los octavos de final de Champions League, y lo hizo: 1-0 con gol de Higuaín. Pero sigue sin enamorar a sus seguidores.

Además de una nueva actuación floja del equipo merengue, lo más destacado fue el regreso de Cristiano Ronaldo, luego de estar casi dos meses fuera por lesión. Y aquí viene lo más llamativo de todo a mi entender: si hacemos caso de los periódicos y de los informativos de televisión, los escasos 20 minutos que estuvo sobre el campo le valieron al portugués para ser el mejor del encuentro. Es cierto que el resto de futbolistas blancos estuvo lejos de tener un desempeño brillante y que del lado suizo solo el portero tuvo una actuación un tanto reseñable. Pero de ahí a decir que lo de Cristiano fue bueno hay un trecho.

Al luso le sobran ímpetu, músculos y ganas de fardar, y le falta un poco de inteligencia futbolística (aún así es uno de los jugadores más determinantes del mundo). Ayer volvió a mostrar su versión más fútil y demagoga. Salió como caballo desbocado y se puso a tirar, sin ton ni son, bicicletas, amagues e intentos de regate de lo más absurdos y en los lugares donde menos daño puede hacer: en la mitad del campo, sobre alguno de los costados y generalmente cuando devolverla al primer toque era la opción más razonable para el progreso del juego de su equipo. Sabedor de que todos los ojos y las cámaras lo seguían, Cristiano se puso a hacer movimientos eléctricos que poco tienen que ver con el fútbol de verdad y que se acercan más a los juegos malabares, tipo esos que hacen los chinos, malayos e indonesios con esas pelotas pluma, similares a las de badmington (se llama fútbol pluma o Jianzi. Click aquí para ver cómo juegan, al mejor estilo Cristiano Ronaldo, unas jubiladas en Beijing. Tremendas las señoras).

En resumen, puras balas de fogueo, juegos de artificio que solo deslumbran a los muy niños y a los muy bobos. Es tal el afán de protagonismo y de chupar cámara de este chico que, de no haber sido futbolista, seguramente habría terminado siendo carne de reality shows al estilo Gran Hermano.

Lejos, muy lejos de eso está el juego que practica Lionel Messi, por ejemplo, quien no hace cosas para la galería. Messi la recibe y sólo piensa en complicarle la vida al contrario. Todos sus movimientos tienen un solo objetivo: hacer daño al rival. Messi no piensa en la tribuna, ni en los ohhhh de la gente, ni en la tapa de los periódicos. Por eso insisto en que no se los puede comparar. Por suerte para los argentinos y los culés, la Pulga es mucho más jugador.

Anoche lo más exasperante de todo fue una jugada en la que Cristiano la recibió en tres cuarto de cancha. Como no tenía ningún compañero cerca y sí dos o tres rivales, se fue hacia la derecha y luego giró hacia atrás. Para no perder el balón, se la debía dar a un compañero. Un trámite, un pase de lo más normal en un lugar de la cancha casi intrascendente. Y el salame lo que hizo fue intentar pasarla de rabona. Conclusión: la pelota fue directo a los pies de un rival, que inició el contraataque. Pero lo peor es que hoy en los informativos de la tele se sucedían los resúmenes donde, como muestra del talento que supuestamente desparramó Cristiano en esos 20 minutos, recopilaban las bicicletas, pases de taquito ¡y hasta la rabona fallida! De hecho, de la rabona solo editaron el momento en que golpeó la pelota pero no mostraron -ni dijeron- que terminó en los pies del rival. Solo que volvió Cristiano y fue el mejor (y no lo fue. Higuaín y Kaká, sin jugar bien, aportaron más que CR). El ex del Manchester "nos regala" una performance más propia de un saltimbanqui que de un futbolista y resulta que es el mejor de la cancha. (Click aquí para ver el reportaje de TVE sobre la actuación de Cristiano, rabona incluida).

En fin, ya sabemos cómo influyen a veces los medios con su manipulación (tanto que hay gente que todavía cree que Gago es un buen jugador).

Seguro que Cristiano estará más centrado el domingo cuando visite el Camp Nou y el Madrid será un equipo radicalmente diferente al de anoche. O no.

25 de noviembre de 2009

Lección del Barça frente al Inter


Satisfacción. Guardiola retiró a Iniesta pocos minutos antes de la
finalización del partido para que el Camp Nou ovacionara al de
Fuentealbilla.
La cara de Pep lo dice todo. (Foto Diario Marca).


Partidazo anoche del Barcelona ante el Inter. Partidazo de Andrés Iniesta, que parece haber recuperado el nivel luego de una larga lesión.

Llegaba el Barça a la cita de anoche sino cuestionado, sí con la soga casi al cuello: de perder anoche podría haber quedado eliminado de la Champions. “El actual campeón eliminado en primera vuelta”. Ese hubiera sido el titular de hoy, una noticia demasiado dura para los culés, sobre todo cuando faltan pocos días para el derby con el Real Madrid.

Aún sin Ibrahimovic y Messi, el equipo de Guardiola se bastó para darle un repaso a un decepcionante Inter, que prácticamente no inquietó a Víctor Valdés en toda la noche. No hubo noticias de Eto’o en su morboso regreso al Camp Nou. En su defensa hay que decir que el Inter no fue capaz de generar una jugada medianamente decente para que sus delanteros intentaran aprovecharla. Que se lo pregunten sino a Diego Milito, que se fajó todo el tiempo que estuvo en el campo con los defensas azulgrana. Se tiró a los costados, jugó de pivote, y hasta probó de lejos, recurso que él mismo ha admitido que no es su fuerte. Se fue reemplazado en la segunda parte por Balotelli, totalmente exhausto.

Además de disfrutar con Busquets, Iniesta y algunas perlas de Xavi (para enmarcar el pase que le da a Dani Alves en la jugada del segundo gol), el partido también dejó otras lecturas. Como la flojera de Maicon. Titular indiscutible para Dunga en la selección brasileña, Maicon pasa por ser uno de los mejores laterales derecho del mundo. A diferencia de Dani Alves, a quien tiene relegado a la suplencia en la Canarinha, el lateral del Inter no destaca por su carácter ofensivo sino por lo contrario, por su capacidad defensiva. Lo he visto muchas veces a Maicon y, sin que me parezca un mal jugador, tampoco he conseguido advertir las muchas virtudes que sus admiradores le asignan. Para mi es un jugador correcto y poco más. Y a veces, como anoche, ni eso. Ayer firmó un muy mal partido. Falló justamente en lo que se lo considera uno de los mejores: en la defensa. Tuvo responsabilidad directa en los dos goles: no presionó suficientemente en la marca a Henry cuando éste peinó la pelota para el gol de Piqué y, en la jugada del segundo gol, ni siquiera intentó rechazar el centro de Alves o estorbar al menos a Pedro para que no rematara con tanta comodidad.

Aunque se ha vuelto algo cada vez más habitual, no deja de sorprender que jugadores de élite cometan errores tan básicos, que se salten el abecé del juego. En este caso, defensores que no saben defender.

Para más y mejores detalles sobre el partido, leer la crónica de Ramón Besa en El País.

23 de noviembre de 2009

España-Argentina: de talento y conitos


La Pulga lo grita. Messi festeja el gol del empate transitorio.
Increíblemente, en Argentina el rosarino es siempre un hombre
bajo sospecha.



Iniesta sobre patines. Así juega el del Barça, deslizándose,
siempre rodeado de contrarios. Demichelis todavía no llega con

la guadaña e Iniesta ya descargó el balón y se está saliendo de
la zona. Gago, como siempre, la mira desde fuera.



Así como en el barrio el que tenía los botines y las medias Adidas no era el que mejor jugaba, ni el arquero que tenía guantes Reusch era el que mejor atajaba, hacer el calentamiento previo a un partido ejercitándose en un espacio delimitado con conitos de plástico tampoco asegura la victoria. Pero hay veces en que puede decirse que la anticipa o la presagia. O, al menos, da indicios que permiten hacer conjeturas sobre el estado y concentración de un equipo y los de su rival.

El sábado 14 de noviembre se enfrentaron las selecciones de España y Argentina en el estadio Vicente Calderón (victoria 2-1 para los locales). Y puede decirse que esa noche los españoles empezaron a ganar el partido desde que saltaron al terreno de juego para hacer movimientos de calentamiento. Media hora antes del inicio del partido, todos los jugadores del plantel español salieron al césped a calentar. Junto a un lateral se quedaron los suplentes, mientras que los que serían titulares se dirigieron al otro acompañados del preparador físico, que minutos antes había dispuesto en esa zona, con la ayuda de un colaborador, una serie de conitos muy chatos y de color rojo repartidos espaciadamente. Los futbolistas llegaron y comenzaron de manera automática una serie de ejercicios (saltos, carreras a distintas intensidades, eslaloms) bajo la atenta mirada del preparador. Al mismo tiempo, Casillas y Pepe Reina se ejercitaban con el preparador de arqueros.

Después de las carreras y los saltos, los jugadores pasaron a los ejercicios con pelota. Se pasaron varios minutos tocando el balón a no más de dos toques por jugador (lo que en España se llama hacer un rondo y en Argentina hacer un loco). Recién en ese momento, cuando los españoles ya llevaban 10 minutos calentando, se asomaron por el túnel los jugadores argentinos. Con una mezcla de parsimonia y displicencia, hicieron elongaciones y algunas carreras de baja intensidad y se volvieron al vestuario sin tocar siquiera la pelota.

Las consecuencias se vieron luego en el partido: España se adueñó del balón, lo controló en todo momento y, sobre todo, supo cómo jugarlo: a un toque, con velocidad y precisión, con los jugadores mimando el cuero y tirando paredes y desmarques todo el tiempo. Por el contrario, los argentinos se dedicaron a la pierna fuerte, se replegaron en su campo y cada vez que les caía la pelota, no sabían qué hacer con ella. Las explicaciones a las diferencias en el trato del balón son muy sencillas: en España los encargados de dirigir el juego eran Xavi y Xabi Alonso, que se combinaban constantemente con Busquets, Iniesta y Silva. En Argentina, el balón lo jugaban principalmente Heinze y Demichelis y el conductor era, se supone, Gago (¡horror de jugadores!).


Recientemente, y a propósito de las sorprendentes y excesivas críticas que recibe Messi en Argentina cada vez que juega con la selección, un columnista del periódico La Vanguardia escribió: "Las críticas a Messi demuestran que en la última década los argentinos no solo han perdido poder adquisitivo sino también buen gusto fubolístico". Ese apunte dice mucho de cómo se entiende el fútbol (y a los futbolistas) en la Argentina de hoy en día.








A la Argentina de Maradona no le quita el sueño ser la dominadora de sus encuentros, pero tampoco se anima a salir del armario y asumir su lado italiano, su identidad de equipo defensivo y contragolpeador






Si Argentina aspira a ser dominador en los partidos que juega, debe entender que para conseguirlo debe tener la pelota y saber qué hacer con ella. Pero la pregunta que surge es: ¿Quiere verdaderamente eso la selección de Maradona? Por lo que se vio desde que asumió hace más de un año, Argentina apuesta por replegarse en su campo cerca del arquero, volviéndose un equipo áspero que prefiere jugar al contragolpe. Es una opción poco agradable estéticamente y que no hace justicia al buen fútbol que supuestamente prefiere la mayor parte de los argentinos. Aún así, no deja de ser una opción tan válida como otras. El tema es que Argentina tampoco parece hacerse cargo plenamente de esta identidad de equipo defensivo y contragolpeador.

El resultado es un equipo indefinido, que no quiere asumir el protagonismo de los partidos (aunque la gente y la historia se lo piden) pero que tampoco se anima a salir del armario y significarse por entero en su versión “italiana” o bilardista.

En definitiva, es un conjunto sin ideas, indeciso, que no sabe qué hacer en la cancha y, a poco que lo superan, empieza a repartir leña, a protestarle al árbitro por cualquier cosa y a tejer conspiraciones trasladando la culpa a terceros (“Que la sigan mamando los anti-argentinos”, dijo este; “Vos sos contra mía”, dijo el anterior).


UNA CUESTIÓN DE TALENTO

La diferencia principal que existe entre las selecciones de España y Argentina es el bagaje, la cantidad de talento con el que cuentan una y otra. En España, hasta los defensores la sacan jugando y tienen un más que aceptable control de la pelota. El mediocentro debe ser, sin exagerar, el mejor del mundo. Y su delantera no desmerece. En Argentina, exceptuando Messi, los jugadores más dotados para manejar el cuero y los tempos del partido, y que tienen mayor capacidad de desequilibrio, estaban en el banco de los suplentes: Aimar y Perotti.

Del resto de convocados, la gran mayoría son jugadores mediocres, grises (Maxi Rodríguez, Ansaldi, Lavezzi, Coloccini), alguno con talento pero que no acaba de explotar (el Kun Agüero) y otros que garantizan entrega aunque sería deseable que también aportaran algo de fútbol (Tévez).

Y en esto, lógicamente, tienen que ver los seleccionadores. Si España juega como juega y cuenta con los jugadores con los que cuenta, es porque el seleccionador convoca a esos jugadores y no a otros con características distintas. La Roja se pasó varios años a la deriva, con una enorme confusión identitaria: no sabía si quería ser toro o torero. Después de mucho experimentar, decidió ser torero. Argentina, en cambio, parece la España de años atrás. No apuesta por jugadores de buen pie, que sepan manejar la pelota. Al menos, no se seleccionan a muchos con esas características.

Son dos maneras radicalmente diferentes de entender el fútbol.

Ahora, ¿significa esto que con jugadores con los pies cuadrados no se puede hacer un equipo ganador? En absoluto. Hay muchísimos ejemplos de equipos ultradefensivos que han ganado los títulos más importantes. La Argentina de Bilardo que ganó el Mundial del ’86 y fue subcampeona en el ’90, fue de lo más mediocre que se recuerde. Salvo Maradona, el resto eran jugadores de normalito para abajo (Passarella no jugó en México y del resto solo Valdano y Caniggia destacaron –y tampoco demasiado- en Europa). La Grecia que ganó la Eurocopa del 2004 o la Italia que se llevó el Mundial de 2006 son claros ejemplos de que se pueden armar equipos sólidos, muy difíciles de derrotar y que hasta pueden resultar ganadores (y mortalmente aburridos, a no olvidar).

Pero si me tengo que sentar delante de la tele, o comprar una entrada para ir al estadio, prefiero equipos que jueguen como España, equipos que quieren ser protagonistas y que salen a buscar la victoria sin especular y sin que le importe el rival que tienen enfrente. Equipos como el Barcelona de Pep Guardiola, como los que dirige el Loco Bielsa, o como aquel maravilloso São Paulo de Telé Santana.

Sinceramente, no creo que esta selección argentina termine apostando por el fútbol de toque y buen juego (el tiki taka español). A menos que se le ocurra a Maradona poner en la cancha a Messi, Aimar y Perotti y alguno más, y les de libertad total para divertirse. Recién ahí, tal vez, los hinchas de la selección también nos podamos volver a divertir.


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PD: del partido España-Argentina no quiero comentar mucho, salvo que nos dieron un repaso y un baile que pudo ser mayor si no hubieran levantado el pie del acelerador. Al no haber sido un partido por puntos, puede tener su lado bueno: aprender de cómo juegan y copiarles. O al menos, aprender a cómo pararlos por si nos toca jugar con ellos en el mundial.

Y de gran parte de los hinchas argentinos, poco por decir: provocaron vergüenza ajena con su conducta; faltando el respeto a la gente, no hicieron más que reforzar los prejuicios negativos que algunos puedan tener contra los argentinos. Y eso que no había barrabravas “oficiales” como sí habrá en Sudáfrica, auspiciados por el Gobierno K (la “ONG” Hinchadas Unidas Argentinas la conduce un “dirigente” kirchnerista de Quilmes que está recaudando fondos para el viaje. Como se trata de Argentina, sabemos que esos fondos serán cubiertos por el gobierno. Es decir, dinero de todos los argentinos será entregado a esta gente. Por lo tanto, seguiremos exportando la mejor cultura del país. Nada raro, si consideramos que los iluminados de este mismo gobierno eligieron a Perón, Evita y Maradona como emblemas para representar la cultura argentina ¡en la Feria del Libro de Frankfurt del año que viene! (click aquí para más info) Por lo visto, el país sigue desarrollando ese concepto tan sui generis de reparto de la riqueza y de la igualdad de oportunidades: fútbol gratis -bancado con dinero del Estado- y turismo de lujo para barrabravas amigos. Mientas Obama y el propio Lula apuestan por las energías renovables y la economía del conocimiento, en Argentina se le da cada vez más dinero y poder a sindicalistas como Hugo Moyano y se consolidan las prácticas clientelistas).